Si dictas clases online o si te estás preparando para desempeñar ese rol, seguramente te sentirás identificado con alguna de las ideas que siguen. Los planteos fueron obtenidos a través de una consulta tanto a nuestros estudiantes de los cursos sobre formación de tutores como a docentes en ejercicio del rol.
“¿Será útil lo que aprendan?”
“Me preocupa mucho que los participantes no se lleven algo que puedan valorar para su tarea…”
“…la escena más temida debería ser el hecho de que el contenido que yo publico o el material que preparo no tenga el impacto que busco…”
“¿Lograré motivarlos?”
“… que se aburran y no tengan interés por participar.”
“… lo mas difícil es mantener el interés de los participantes durante el curso… si no hay mucha interactividad y un buen ambiente, es que las personas se desmotiven y se vayan…”
“¿Aprenderán?“
… el diseño adecuado de un curso y el mantenimiento no solo del interés, sino del aprendizaje que cada uno de los usuarios obtenga de ese curso y de la utilidad del mismo para el trabajo.”
“¿Seré capaz de..?”
“…También me da miedo “no estar a la altura” cuando el grupo es muy exigente o con gente muy formada.”
“¿Me entenderán los alumnos?”
“Explicar cosas con la palabra oral resultaba tan fácil, pero escribiéndolas me resultaban complejas.”
“… el temor a que se mal interpretara lo que yo quería transmitir con la escritura, situación que a veces es diferente en el cara a cara, que te da la posibilidad de aclarar o reparar más rápido. Así que a veces, me ha pasado el tener que pensar lo que escribo, un poco más, borrar, leerlo, escribir nuevamente y también aclarar lo que quise decir.”
“…cuando recién empecé me daba mucho miedo escribir, dado que “lo escrito, escrito está” tenía la sensación de estar observada permanentemente.”
“… Escribir directamente lo que sale, aparece el “censor” y corregirlo. Pero con la práctica y considerando el tiempo que esto podía llevarme fui apostando más a la espontaneidad.”
“El temor a la autoridad”
“…Con respecto a la relación coordinador, directivos al principio estaba más paranoica con respecto a que todo lo escrito queda y es leído por otros…ahora ya me relajé!”
Esta selección de ideas nos permite ver que las escenas temidas se remiten a todos los aspectos relacionados con el proceso de enseñanza-aprendizaje en entornos virtuales. Las escenas temidas pueden generarse a partir del uso de la tecnología, como algo que está fuera de la posibilidad de control y que por lo tanto genera incertidumbre, pero también se relacionan con la idea de ser evaluados tanto por el grupo como por las autoridades.
En esto se implica el alto nivel de exposición que supone la comunicación escrita, como algo que no puede omitirse o caer en el olvido, asimismo aparece el fantasma de la propia vulnerabilidad, de las propias carencias. Aquí también está presente el imaginario social que atribuye a la figura del educador tradicional una serie de exigencias que lo llevan a posicionarse en un lugar de sujeto todopoderoso y dueño del saber, ese que no puede equivocarse.
Ahuyentando los miedos
¿Desaparecen las escenas temidas? Seguramente no, educación virtual puede erigirse como el fantasma que origina bloqueos y escenas temidas, que, en tanto puedan elucidarse, se atraviesan y se van minimizando. Al respecto dice Hernán Kesselman (1977) “la multiplicación de sus conflictos o escenas temidas relacionándolas con las escenas conflictivas del conjunto de sus compañeros, mezclando su conflicto con el conflicto de los otros. Agregando a su ansiedad y a sus defensas propias, el repertorio de las ansiedades y modos defensivos de los otros frente al mismo tema.”
Miedos básicos y formas defensivas aparecen a lo largo del trabajo, lo atraviesan e inciden en él; así podría haber bloqueos… los hay perceptivos, personales/históricos, emocionales crónicos o circunstanciales, culturales, profesionales… van poniendo freno a la creatividad en el desempeño del rol y determinando un tipo vincular que trasciende al tutor y se instala en el grupo.
Es necesario procesar el rol del nuevo docente, elaborarlo y darle un lugar interno, es decir, el tutor debe construirlo interiormente para desarrollarlo en el exterior. Esto significa que deberá trabajarse en tanto trabaja con otros. Elaborar una actitud de continencia hacia sí mismo y hacia los otros, establecer la distancia necesaria con la tarea y con el grupo… construir su rol mientras sostiene la construcción grupal virtual.
Cuando formamos tutores hacemos hincapié en aspectos clave que permiten, la superación de los temores básicos:
* Centrarse en la tarea-objetivo del curso
* Conocer en profundidad el contenido del curso y el entorno tecnológico en el que se desarrolla
* Poner énfasis en la construcción y el sostén de la red vincular
* Desarrollar un estilo comunicativo fluido, horizontal y honesto tanto con el grupo como con sus pares.
El entrenamiento es una de las claves para desarrollar, fortalecer y sostener un estado creativo, “…una síntesis de conciencia e inconciencia, sentimiento y razón, vigilia y sueño.”
Fidel Moccio caracteriza a una persona creativa de la siguiente forma: “…que manifiesta una gran curiosidad intelectual, adecua y combina de una manera muy particular la información, son personalidades independientes, son flexibles con respecto a medios y objetivos. Son muy perceptivos, se dan cuenta de las cosas perciben mucho más lo que forma el contexto en el que se mueven y pueden descubrir las necesidades que sufre un contexto determinado, lo que sería necesario hacer para que las cosas funcionen mejor.”
Buena descripción para un tutor virtual, ¿verdad?
“¿Y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto?”
Mafalda – Personaje de Quino
Material y Sitios Consultados
Kesselman, H.: El misterio de la dinámica grupal en “Clínica y Análisis Grupal” Nº 5, Madrid, 1977
Moccio, Fidel: Hacia la creatividad, Lugar editorial, Buenos Aires, 1991, Pág. 16
Moccio, Fidel: Hacia la creatividad, Lugar editorial, Buenos Aires, 1991, Pág. 94
Equipo de Net-Learning
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