Seis desafíos al introducir las TIC en el aula

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) abarcan mucho más que una netbook, laptop, o computadora de escritorio. Además de los medios audiovisuales tradicionales, los celulares y las tabletas también son claros exponentes de estas tecnologías. El aula es el lugar ideal para incorporarlas ya que las nuevas generaciones de estudiantes están acostumbradas a usarlas a diario. Sin embargo, generalmente es en las instituciones educativas donde menos se las usa. ¿A qué se debe esto?

Según estudios realizados en el área (Silva Quiroz, J. y Astudillo Cavieres, A. 2012, por ejemplo), las TIC tienen un reconocido potencial para mejorar el contexto de enseñanza-aprendizaje. Pese a la gran cantidad de recursos gratuitos y de fácil uso tales como documentos online, herramientas para crear videos, audio y presentaciones, entre otros, muchos son los obstáculos para integrar las TIC en el aula debido a varios factores, también denominados barreras. Tomar conciencia de que existen estas barreras puede ayudarnos a reflexionar sobre nuestras prácticas para generar condiciones que nos permitan sortear los obstáculos diarios.

A continuación analizamos algunas de las principales barreras:

1) Falta de información por parte de los equipos de conducción educativos quienes, al no conocer las herramientas y sus usos pedagógicos, sienten incertidumbre e inseguridad por lo que pueda suceder al incorporar alguna innovación de este tipo.

2) Actitud reticente por parte de los docentes, quienes pueden resistirse al cambio por varios factores:

a) falta de claridad respecto del impacto de las nuevas tecnologías en sus clases

b) actitud conservadora respecto del uso de materiales educativos en formatos no tradicionales

c) falta o escasez de competencias tecnológicas

d) falta de tiempo y de motivación para capacitarse en el uso de las TIC

e) rechazo a integrar y “convivir” con las nuevas tecnologías, lo cual se traduce en un intento por “sobrevivir” a ellas

3) Incluso en instituciones que han incorporado las TIC en mayor o menor medida, existe temor por el uso de nuevos dispositivos no “tradicionales”. Por ejemplo, la incorporación del teléfono celular para motivar a los estudiantes a realizar actividades educativas puede redundar en la falta de control en el aula y en el consiguiente descontento de los padres por semejante innovación. No obstante, deberíamos reconocer que los dispositivos móviles son parte de la vida diaria y negarnos a su incorporación sería ignorar un recurso de gran potencial educativo.

4) Falta de inversión en las instituciones. Muchas veces, los directivos ven la adquisición de equipamiento como un gasto y no una inversión.  Una inversión consciente, acompañada de un adecuado diseño pedagógico, puede tener un impacto altamente positivo en la calidad del aprendizaje, redundar en mejoras  en el trabajo docente, y  además distinguir a la institución como un lugar donde se ofrece una educación de vanguardia que tiene en cuenta las necesidades educativas en un mundo cambiante.

5) Cambios muy ambiciosos que no contemplan capacitación docente en el uso de las TIC. Muchas instituciones educativas tienen el capital para invertir en servicios de internet, computadoras, tabletas,  proyectores y pizarras de última generación,  pero no tienen en cuenta que quienes los deben usar son los docentes. Ellos necesitan una capacitación tecnológica y pedagógica precisa, a partir de la cual definirán con qué objetivos y de qué manera utilizarán las TIC.

6) Innovaciones que no se sostienen en el tiempo. Si se decide incorporar las TIC e invertir en equipos y formación, también será necesario encarar actualizaciones  periódicas tanto de software, hardware como de capacitación docente.

Las oportunidades que se nos presentan para integrar las TIC en el aula son cada vez más accesibles y tentadoras. Dejarlas pasar a causa de alguno de estos obstáculos significaría cerrarse a la posibilidad de una verdadera innovación educativa. La capacitación docente es una estrategia fundamental para lograrlo, pero también debe ir acompañada de un cambio profundo en las concepciones sobre la función del docente, las formas de aprender de los estudiantes y las nuevas formas de gestión educativa.  Todo ello requiere desarrollar un proyecto articulado y coherente con los objetivos de la institución y los nuevos contextos de la era digital.

Verónica Pintos

Tutora de Net-Learning

Referencias

Silva Quiroz, J. y Astudillo Cavieres, A. (2012). Inserción de TIC en la formación inicial docente: Barreras y oportunidades. En Revista Iberoamericana de Educación, n º 58/4 – 15/04/12. ISSN: 1681-5653.

(1) Comentario

  • noemi 27 de junio de 2015 @ 20:10

    Quiero incertarme en la escuela nueva pero debo aprender mucho …desde lo más sencillo como encender la computadora hasta lo más complejo… Los niños saben y entienden sobre informática y me siento en desventaja…

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